Según muchos habitantes de la Sierra Norte de Puebla aseguran escuchar sus llantos por las noches.
Al parecer comenzó a escucharse por allá de 1796 y la gente testifica que la han visto deambular con sus largos vestidos blancos por la oscuridad de la noche.
A esta mujer sólo se le escucha llorar y gemir, sin clamar por sus hijos, como narra la leyenda original que existe en México desde la época colonial.