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"Xoloitzcuintle" guía del inframundo y acompañante de los difuntos

Escrito por Paulina MIllán

Estamos en vísperas del "Día de Muertos", fecha especialmente importante para los mexicanos, dónde en muchos hogares se ponen ofrendas a los fieles difuntos, ya que según los Mexicas año con año retornan los muertos de Mictlán, el cual era la última morada de quienes no morían en batalla.

Y aunque no lo crean, así como ésta tradición era sagrada para los ancestros, también en México contamos con un animal sagrado; llamado Xoloitzcuintle, un perro real con una mitología sagrada.

Para conocer más de este peculiar animal, lo primero que debes de saber es que es un perro 100 porciento mexicano, él era  el encargado de ser el guía en el camino hacia la eternidad de acuerdo con la cosmovisión prehispánica, hacia el Mictlán o Chiconauhmictlán , , creencia referidas al espacio y al tiempo, estructurando un universo en parcelas o regiones determinadas por unas fuerzas vivas. Su creación se debe a los llamados "dioses creadores", (Xipetótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli).

El famoso perro Xoloitzcuintle, también conocido como  “Perro Azteca”, era uno de los animales más respetados en el México antiguo, debido a que era el acompañante de sus dueños  en el camino al más allá, o como lo llamaban en el México prehispánico; el camino hacia el Mictlán, lugar dónde se encuentra Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, el señor y la señora de los descarnados.

El Mictlán, es el nivel inferior de la tierra de los muertos, al cual se llegaba después de un largo camino que tenían que cruzar todos sin distinción de creencias o clases sociales, el cual era la última morada de quienes no morían en batalla, parto, sacrificados o por agua: era el lugar de los muertos, el noveno piso del inframundo.

Las nueve regiones del Mictlán o Chiconauhmictlán, hacen referencia al inframundo de la mitología mexicaPara llegar al Mictlán, las almas llegaban a un río donde sólo podían cruzar con un perro pardo, así ingresaban a otra dimensión.

Se explica que “en cada dimensión existe un señor del día y otro de la noche, en total son 18 que multiplicados por 20 resultan 360 días del año; más cinco puntos cósmicos que son: la tierra, el agua, el viento, el fuego y el Sol, nos da un total de 365 días del año”.

La importancia de este can y su gran valor simbólico para el México prehispánico es necesario entender el nombre que los antiguos mexicas le designaron ya que Xoloitzcuintle, viene de la raíz náhuatl “xólotl”, traducido como extraño, deforme, bufón, servidor o esclavo y de la palabra “Itzcuintli” que significa perro.

Actualmente, el Xoloitzcuintle es patrimonio cultural de México; un símbolo nacionalista que ha trascendido a los tiempos.

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