El corazón siguió latiendo y nadie ha muerto a pesar de tanto.
La lluvia sigue azotando el cristal de mi ventana y tú sigues tan ausente como siempre.
No tengo flores, no tengo cartas, no tengo una invitación para ir al teatro, ni buscaré mi mejor vestido para cenar contigo esta noche.
No tengo un mensaje que me cuente que estoy en tu mente y tampoco tendré uno cuando despierte.
Todo sigue igual que siempre, no te tengo, no estás.