Sin encontrar una forma de controlar esas plagas, comenzaron a venerar a dos tigres tallados en madera los cuales fueron llevados a la parroquia del pueblo para que la gente pudiera llevar ofrendas a estas figuras protectoras de los animales y los cultivos de los pobladores.
Una vez que comenzaron a llevar ofrendas los tigres empezaron a dar protección y se cree que ellos luchan contra los tejones y mapaches, salvando los cultivos, donde actualmente abundan las cosechas de los productores. Hasta la fecha, ningún sacerdote que oficia misa en esta parroquia ha tenido el valor suficiente para moverlos o quitarlos de su lugar.
Aún en la actualidad existen los dos tigres, a los cuales les llevan ofrendas los productores de las comunidades, incluso de otros estados como Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz, entre los días domingo y lunes de cada semana.