Esta construcción tomó forma gracias a la orden de la Familia Giacopello, cuyos miembros de origen italiano vivieron hasta que una de sus hijas perdió la vida aquí, a partir de entonces la mansión fue desalojada o abandonada por años.

Fue hasta 1920 que el creciente empresario textilero Rogelio Rodríguez Sáenz adquiere la propiedad junto a su esposa Carmen Jiménez, una profesora normalista. La pareja terminó teniendo 3 hijos, pero la pena de la pérdida de uno de ellos sumió a la madre en una terrible tristeza, aislando por completo de todo.

A la muerte de ambos padres, la abuela paterna asumió la responsabilidad de Rogelio y Milagros Rodríguez, quien según cuenta no les permitía jugar dentro de la casa, por lo que mandó construir muebles de madera pequeños que mantenían en el patio de afuera.

Fue así como la gente que caminaba por el lugar creó la leyenda de que esta vivienda era habitada por enanos. Hoy en día ya se tiene acceso a ella y existen recorridos que puedes tomar para conocer de cerca la historia de esta antigua casa.