«Si Riad no asume consecuencias en el corto plazo, Alemania debería detener la exportación de armas, también la de aquellas que ya han sido autorizadas», se mostró de acuerdo Norbert Röttgen, responsable de política exterior de la CDU, que considera que Alemania, junto a la UE y los miembros de la OTAN, deberían expulsar diplomáticos saudíes de sus territorios.
Desde enero hasta finales de septiembre, según el Ministerio de Economía alemán, el gobierno federal otorgó licencias de exportación de armamento con destino a ese país por un valor de 416 millones de euros. La monarquía del Golfo se ha convertido en el segundo mayor comprador de armamento alemán. En 2016, se exportaron a Arabia Saudí desde Alemania bienes por valor de más de 7.000 millones de euros. El gigante industrial Siemens construirá un metro por valor de 20.000 millones de euros en Riad. Probablemente esa sea la razón por la cual el gerente general de Siemens, Joe Kaeser, y otros ejecutivos alemanes no se hayan decidido aún a cancelar su participación en el foro económico en Riad la próxima semana, como lo han hecho otras muchas empresas estadounidenses y francesas.
«Es al menos un gesto de decencia que el Gobierno aliente a las empresas alemanas a mantenerse alejadas de esa conferencia», dijo el portavoz de Los Verdes en materia de Defensa Omid Nouripour. «Nosotros, los alemanes, conocemos este tipo de violencia desde los días de la Guerra Fría, cuando la seguridad del estado de la RDA practicó el secuestro y el asesinato», añadió el exministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, que cuando dirigía la diplomacia alemana acusó a Riad de «aventurismo extranjero», desencadenando un enfriamiento de las relaciones.