“La actual escalada solo subraya la urgente necesidad de una solución política al conflicto liderada por Siria, en línea con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU“, asegura la declaración emitida por el Departamento de Estado estadounidense, en referencia a la decisión de Naciones Unidas de 2015 que respaldó un proceso de paz en ese país de Oriente Medio.
En tanto, los combates actuales entre las fuerzas rebeldes y el ejército en Siria tienen “graves implicaciones para la paz regional e internacional”, advirtió el domingo el enviado especial de la ONU para Siria, Geir O. Pedersen.
“Hago un llamado a un compromiso político urgente y serio –entre las partes sirias e internacionales– para evitar un derramamiento de sangre y centrarse en una solución política de acuerdo con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad, acordada en 2015”, afirmó Pedersen en un comunicado.
“Los últimos hechos suponen grandes riesgos para los civiles y graves implicaciones para la paz y la seguridad regional e internacional”, agregó.
Una coalición de grupos rebeldes, liderada por islamistas, lanzó una ofensiva relámpago el miércoles que les permitió tomar el control de gran parte de Alepo, la segunda ciudad de Siria, por primera vez desde 2011, cuando estalló la guerra.
Los combatientes insurgentes lanzaron está operación contra las fuerzas del régimen de Bashar al Asad, apoyadas por Rusia e Irán, en el noroeste de Siria, y tomaron el control de decenas de localidades, antes de llegar a Alepo, pulmón económico del país.