En una de las pruebas más incriminantes contra Trump hasta la fecha, Sondland declaró a los legisladores haber dicho a un alto funcionario ucraniano que la ayuda militar estadounidense no sería entregada hasta que Kiev garantizara públicamente que investigaría los lazos de Biden y su hijo con la compañía energética Burisma.
Sondland, en un testimonio que invalidó una versión previa en la que había negado todos los hechos, admitió que propuso el quid pro quo (del latín, "algo a cambio de algo") supuestamente ilegal y negado por Trump repetidamente, en una conversación, el 1 de septiembre, con Andrey Yermak, un alto consejero del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
En su testimonio del 17 de octubre ante los legisladores que llevan adelante la pesquisa con miras a una eventual destitución de Trump, el embajador señaló que le dijo a Yermak que "la reanudación de la ayuda estadounidense probablemente no ocurriría hasta que Ucrania proporcionase el informe anticorrupción" que habían estado discutiendo durante semanas.
Según la transcripción, el diplomático dijo que esto fue la culminación de meses de presión sobre Kiev, principalmente a través del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, para abrir investigaciones "anticorrupción" a Biden y su hijo Hunter, que formó parte de la junta directiva de la ucraniana Burisma entre 2014 y 2019.
El embajador ante la Unión Europea, designado por Trump después de donar un millón de dólares para su toma de posesión, era plenamente consciente de la relación entre los 391 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos y la ayuda de Ucrania a Trump con miras a su reelección el próximo año.
Los demócratas cimientan su caso
Sondland admitió además ante los legisladores que llevan adelante la investigación previa a un eventual juicio político contra el presidente que entendía que el vínculo entre la investigación y la ayuda militar era "impropio".
Preguntado sobre si esto era ilegal, el embajador respondió:
No soy abogado, pero presumo que sí".
La Casa Blanca ha negado reiteradamente que haya habido un vínculo entre la ayuda a Ucrania y las peticiones de Trump, pese a la evidencia de la transcripción de la llamada del 25 de julio entre el mandatario estadounidense y su par ucraniano.