La víspera, May había sufrido el peor revés parlamentario infligido a un gobierno británico en la historia reciente del país: 432 diputados -entre ellos 118 de su propio Partido Conservador- votaron contra su acuerdo de Brexit, que solo logró 202 apoyos.
Inmediatamente después Jeremy Corbyn presentó una moción de censura, que deberá ser votada por los diputados a las 19:00 horas locales, tras toda una tarde de debate.
El pequeño partido unionista norirlandés DUP, de cuyos 10 diputados depende la estrecha mayoría parlamentaria de los Tories, ya anunció que pese a rechazar el martes el acuerdo de Brexit apoyará a May para que pueda volver a Bruselas a renegociar.
Si no es expulsada del poder, May, reforzada al menos de momento por la evidencia de que sus propios diputados rebeldes la quieren en la ardua tarea de sacar al país de la UE, volverá el lunes al parlamento con un plan B.