Burundi: el país más pobre del mundo
Burundi se ubica entre los países más pobres del mundo. Las secuelas de la guerra civil entre los hutus y los tutsis (1993 a 2002), las tensiones políticas internas y la corrupción han obstaculizado el desarrollo económico del país.
Burundi depende en gran medida de la ayuda internacional, que supone más del tercio del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Aproximadamente, más de dos tercios de la población tiene que ganarse la vida con menos de 1.25 dólares al día y mucha gente sufre de hambre, SIDA y enfermedades relacionadas con la pobreza.
Actualmente, cerca de 1.8 millones de personas requieren de asistencia humanitaria en el país, una cifra que supone una reducción importante con respecto a los 3.6 millones de habitantes que había en diciembre de 2017.
La tensión vivida durante el periodo de elecciones en abril de 2015 provocó semanas violentas de protestas en la capital y en otros distritos rurales de Burundi. Desde el inicio de la crisis, decenas de miles de habitantes han huido a países vecinos como Tanzania y Ruanda.
El 48% de los habitantes tienen menos de 18 años y 7 de cada 10 menores vive en la pobreza, frente al 60% total de la población
Burundi es un país que actualmente tiene 5 millones de habitantes, aunque en 2050 se espera que llegue a 11 millones
¿Cómo es la vida en Burundi, el país más pobre del mundo?
Burundi debe importar muchos alimentos, combustibles y materiales de construcción. La exportación se limita a café y té. Durante años, el país ha registrado un enorme déficit comercial, por lo que la ayuda exterior financia más de la mitad del presupuesto nacional.
El 56% de los niños menores de 5 años presenta desnutrición crónica; es decir, una estatura por debajo de su edad, la tasa más alta a nivel mundial
Alrededor de 60 mil menores deben ser tratados por desnutrición aguda severa
Aproximadamente medio millón de niñas y niños tienen que trabajar para mantenerse a sí mismos o a sus familias. Miles de personas viven en las calles.
Muchos niños mueren como resultado de diarrea, malaria o desnutrición. Alrededor de 15 mil niñas y niños menores de 15 años son positivos a VIH y más de 120 mil se han convertido en huérfanos del SIDA.