Los activistas forman parte de la organización ecologista Last Generation quienes se metieron a la emblemática fuente para verter un líquido a base de carbón vegetal.
La policía desalojó a los manifestantes mientras el agua pintada de negro atraía los flashes de turistas.
El acto de protesta coincidió con un desplazamiento de la primera ministra, Giorgia Meloni, a la región de Emilia-Romaña, donde visitó las zonas afectadas por las inundaciones, provocadas por 36 horas de lluvia, equivalentes a seis meses de precipitaciones, según estimaciones de las autoridades.
Las lluvias desplazaron a más de 36 mil personas y los costos provocados por el desastre se calculan en cientos de millones de euros.
Uno de los participantes, Mattia, de 19 años y que rechazó dar su apellido, afirmó que intervino en la protesta “porque la horrible tragedia experimentada estos días en Emilia-Romaña es una advertencia del negro futuro que le espera a la humanidad”.
Last Generation empezó organizando protestas pacíficas pero llamativas el año pasado en Italia antes de las elecciones generales, instando a los políticos de todos los bandos a hacer de la lucha contra el cambio climático su prioridad.
El movimiento también ha realizado protestas en otras partes de Europa para llamar la atención sobre el calentamiento global, arrojando sopa, tarta, puré de patatas y pintura lavable a monumentos y obras de arte.