Resulta que la ambición económica es el preámbulo principal de las traiciones y críticas en el mundo de la política, es decir; quien ofrece más, es al que se le va a apoyar.

Una estrategia que se ha llevado a cabo a lo largo de los años, de forma humillante e incluso descarado.

Para muchos directores y directoras de medios en tiempos de precampaña, acosaban, insultaban, menospreciaban y difamaban al ahora gobernador Alejandro Armenta, jurando prácticamente que Ignacio Mier sería el ganador. Y es que la codicia del dinero era más que suficiente para ocultar las malas prácticas de políticos.

Ahora que las cosas no se dieron como ellos hubieran querido, se les ve en cada evento de Alejandro Armenta acercándose para suplicar que se le tomen en cuenta, buscando cualquier oportunidad para tomarse una selfie, sonreír y decir que están en el proyecto, un proyecto que jamás creyeron.

Estos mismos directores, son aquellos que siempre han denigrado el trabajo periodístico en Puebla, los que humillan y hablan sin pruebas, los que se han hecho de riquezas a cambio de blasfemias.

Hoy por hoy, la política no se maneja como hace tiempo, los trabajos que se ejercen día a día con la sociedad dan mucho de qué hablar, ahora los sicarios de la información tienen miedo de perder la única fuente ingresos, no hay de hablar, no hay de que juzgar, no hay que mentir.

Alejandro Armenta, ha sido, es y será un político con bases solidas de trabajo, faenas, acercamiento social, con un equipo de trabajo que se ha sumado a ser cercanos a la sociedad, a no tener fobias, rencores o venganzas.

Para triunfar en la vida se necesita: ver por los demás, humildad y trabajo, y para hacer amigos, la base principal es la lealtad.