Desde tempranas horas, la Plaza de la Constitución, el Zócalo capitalino, se tiñó de los colores patrios, vibrando con la expectativa de miles de mexicanos que se congregaron para ser testigos de este momento sin precedentes. La atmósfera era de júbilo y orgullo, palpable en cada rincón, mientras familias enteras aguardaban el instante cumbre de la celebración.
Minutos antes de las once de la noche, el eco de las campanas de la Catedral Metropolitana anunció la proximidad del acto. Al aparecer en el balcón, la Presidenta Sheinbaum fue recibida con una ovación ensordecedora. Con la Bandera Nacional en mano, su voz resonó fuerte y clara, pronunciando los nombres de los héroes y heroínas que forjaron la independencia, añadiendo un matiz especial al tradicional "¡Viva México!". La imagen de la primera mujer presidenta de México dando el Grito se convirtió instantáneamente en un símbolo de progreso, inclusión y la culminación de décadas de lucha por la igualdad de género en la esfera pública.
Este Grito de Independencia trasciende la mera conmemoración; representa la materialización de un anhelo de equidad y la apertura de nuevas posibilidades para las futuras generaciones. La presencia de Sheinbaum en este rol histórico no solo honra el legado de las insurgentes, sino que también proyecta un mensaje poderoso de empoderamiento femenino a nivel nacional e internacional.
Tras el emotivo acto, el cielo se iluminó con un espectáculo de fuegos artificiales que pintó de luz y color la noche mexicana, mientras la música y el fervor popular continuaban en el Zócalo. La celebración de este año no solo recordó el pasado glorioso de México, sino que también miró hacia un futuro donde la voz y el liderazgo de las mujeres son pilares fundamentales en la construcción de una nación más justa y equitativa. El Grito de 2025, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, es, sin duda, un hito que marcará un antes y un después en la historia de México.