No estamos frente a la indefensa mujer que sufre las calamidades que presenta la vida, ¡no!
Su rol de mujer convertida en esposa valiente, la ha hecho cumplir sus retos, goza de prestigio por ser figura pública, pero vive bajo la amenaza constante de un troglodita.
En esta desesperada carta de auxilio dirigida tanto a la sociedad como a las autoridades, está la base para poner atención para evitar un posible feminicidio más en nuestra entidad.
Carolina Gaspar Ramírez, hija del reconocido abogado y ex catedrático de la BUAP Horacio Gaspar Lima, ha publicado “…es intolerable como mujer pasar tantas cosas, sufrir tanto acoso y poner tantas cosas en medios para desprestigiarme por ser figura pública y mujer…”
Rafael “N”, su ex pareja sentimental, utilizando los “buenos” oficios de su familia judicial, ha sabido burlar las demandas en su contra como; la 3466/2019 presentada ante la Unidad de Violencia Familiar, Carpeta Judicial Administrativa 1264/2019, y la Orden Dictada de Protección 1237/2019.
A decir de la parte acusadora Rafael “N”, es un mantenido y vividor, un sujeto que como abogado fue colocado mañosamente por sus familiares en puestos claves en el Tribunal Superior de Justicia sin experiencia alguna, afortunadamente fue despedido desde el año 2013.
Sin embargo, su paso por el Honorable Tribunal Superior de Justicia, lo hizo mantener buenas relaciones con Magistrados, Jueces y Ministerios Públicos, incluso con el abogado Javier Hernández Muñoz Secretario Particular del Presidente del Tribunal Superior de Justicia Héctor Sánchez Sánchez.
Estas “buenas relaciones” han contribuido de una manera u otra, a entorpecer el desempeño de demanda y justicia que exíge Carolina y su familia.
Un ejemplo es; el Juez de Control Región Centro Celestino Martínez Bones, que aceptó en 4 ocasiones no presentarse a declarar Rafael “N”, a enfrentar la demanda por violencia familiar que pesa en su contra.
En entrevista con Carolina Gaspar Ramírez, reveló que existen sendas denuncias en contra de su ex pareja Rafael “N”, por los delitos de violencia familiar y lesiones dolosas en contra de ella y su menor hijo de 13 años, quién fue golpeado y pateado por éste energúmeno.
El estudio psicológico practicada por las autoridades judiciales, arroja que Rafael “N”, es una persona impulsiva e inmadura, que gusta de llamar la atención, bajo de control de emociones, dependiente, controlador y presenta sentimiento de resentimiento e indignación hacía su ex pareja.
Pese a estar restringido el acercamiento con la familia, Rafael “N”, se las ingenia y se pitorrea de la vigilancia policial, acosando diariamente a Carolina, quién tiene miedo de llegar a la escuela por sus hijos, al trabajo, o su hogar y encontrárselo, lo que significa agresión.
Es preciso mencionar que Rafael “N”, tiene un pasado obscuro con sus dos pasados matrimonios, en el primero ocurrió exactamente lo mismo, haciendo la vida imposible a su pareja de esos momentos. El cobijo e influencia de autoridades hizo abandonarla sin ninguna responsabilidad.
De su segundo matrimonio se sabe, fue con una mujer modesta de origen campesino con sufrimiento leve de esquizofrenia, para la cual adquirió todo tipo de Seguro de Vida, hasta por dentadura, extrañamente la mujer murió y fueron cobrados los Seguros de Vida presuntamente por Rafael “N”
De 7 años de relación entre Carolina y Rafael “N”, nació un menor, (hijo de Rafael “N”) a quién brindó cuidados y cariño, mismas atenciones que aparentó por los otros hijos de Carolina, pues desde que no trabaja, fue encargado del cuidado del hogar.
El historial delincuencial de este sujeto replicado contra sus parejas sentimentales, deja clara la complicidad de autoridades Judiciales, que nunca dieron seguimiento al cúmulo de denuncias y demandas, que hoy, duermen el “sueño de los justos”.
Carolina Gaspar Ramírez, diputada federal suplente por el distrito de Acatlán, ha decidido elevar la voz, para exigir a las autoridades, abandonar viejas prácticas de tráfico de influencias, usadas en otras administraciones.
Es evidente el alto grado de “Tráfico de Influencias” que impone éste individuo en las altas esferas del Poder Judicial, como el de su hermana Maritza Flores Hernández, calificada en el ambiente como la “Juez Sádica”, quién lo mantiene en la total impunidad.
De la presente denuncia pública, Carolina Gaspar Ramírez hace responsable de todo lo que pueda ocurrir a su familia y a ella en particular, a Rafael “N”, sujeto que debe enfrentar a la justicia por todos sus delitos cometidos.
Exige acabar con esa complicidad judicial, dijo que el trabajo de la Cuarta Transformación, ya no puede permitir más éstos abusos en contra de menores y mujeres.
Los momentos de cambio deben ser una realidad, la agresión contra mujeres debe acabar y desaparecer definitivamente en Puebla el feminicidio, concluyó.