Como se dio a conocer con oportunidad, la dependencia federal era la responsable de ejecutar, licitar, tramitar permisos y supervisar los trabajos.

La administración municipal, por su parte, promovió, impulsó y llevó a cabo en tiempo y forma las acciones complementarias que se acordaron en mesas de trabajo, en las que participó la administración estatal.

En el caso del Mercado Amalucan, se realizaron trabajos complementarios como la mejora del entorno y pavimentación de calles, además de que se logró la aprobación de la mayoría de los locatarios, que accedieron a instalarse en espacios temporales, uno de los requisitos fundamentales para desarrollar la obra.

En lo que respecta a la intervención del Zócalo, el gobierno de la ciudad inició las obras complementarias en vialidades aledañas para la conformación de un corredor, no obstante, pese a contar con los permisos correspondientes, fueron clausuradas por la autoridad estatal.

Los proyectos del gobierno federal significaban inversión y generación de empleos para la ciudad, sin embargo, en su cancelación se privilegiaron intereses personales y revanchas políticas, lo cual resulta lamentable. Con esta decisión no solo resultan afectados las y los poblanos, sino que se frenan los proyectos impulsados por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.