Dicen que el demonio dispone de un amplio guardarropa y no solo viste de rojo, incluso podrías encontrarlo en algunos medios de comunicación, así como en políticos que pretenden manipularlos, y es que tras recibir la constancia de mayoría, que lo nombra como gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta anunció que habría cambios en el gabinete dando algunos nombres de quienes estarían al frente de las secretarías estatales, ocasionando el descontento de una minoría que se va a quedar sin nada que robar en los próximos seis años.
Y es que como parte de la integración del equipo de funcionarios público, Barbosa dijo que habrá separación de funciones en las dependencias por lo que la Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo a Económico, se dividirá en dos áreas: Economía y Trabajo.
Sin embargo, no son los únicos cambios que se llevarán a cabo, pues además dejó en claro que para los poblanos y poblanas vendrán tiempos mejores con el apoyo y la participación de todos los gobiernos municipales y que no solapará ningún acto de corrupción, tanto en el ámbito estatal como en los ayuntamientos.
Esto último le dolió a más de un político y medios de comunicación que alardeaban su poder en el estado pero desde la caída del Morenovallismo su deficiencia se ha dado a notar tanto como su malos discursos y encabezados en primeras planas anunciando una caída de sistema que ni siquiera ha empezado.
Pero desafortunadamente para Barbosa Huerta, estas acusaciones, quejas, chismes y diretes formarán parte de su cruz frente al cambio que un Ed estado necesita, tal cual y como está pasando en el gobierno federal. Sin lugar a duda, estos ataques muestran la desesperación de no podido robar a su antojo y que personajes como Fernando Manzanilla sean criticados por su nombramiento como secretario general de gobierno, pues les negó a una administración impuesta por José Juan Espinosa Torres, saquearon a un estado en los tiempos más débiles que se pudo vivir en la política poblana.