De acuerdo con la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), se registraron al menos 3 mil 800 intentos de fraude, la mayoría de ellos cometidos en línea.
La AMPI explicó que estas operaciones fraudulentas se dieron en rentas falsas, cuentas clonadas de inmobiliarias y compradores engañosos. Además, se reportó una cifra negra considerable que podría elevar el número real de casos.
AMPI advierte sobre fraudes inmobiliarios
Fraudes inmobiliarios se concentran en rentas y plataformas digitales
Del total de intentos registrados en 2024, el 70% ocurrieron en línea. De ellos, el 75% fueron fraudes relacionados con rentas y el 25% restante en operaciones de compra-venta. La modalidad más frecuente fue el adelanto de dinero para apartar inmuebles inexistentes.
Karim Oviedo, presidente de la AMPI, detalló que los montos involucrados varían dependiendo del tipo de operación. “En promedio se llevan entre 5 y 14 mil pesos en rentas. En compra-venta pueden llegar hasta 100 mil, 200 mil o incluso un millón de pesos”, declaró.
Modus operandi: presión, anticipos y datos falsos
Los delincuentes suelen publicar anuncios falsos en plataformas digitales, piden anticipos para “apartar” propiedades, presionan a las víctimas con frases como “te la van a ganar”, y utilizan identificaciones falsas. En la mayoría de los casos, la comunicación se realiza únicamente por WhatsApp.
Estas prácticas han sido documentadas principalmente en la Ciudad de México, que concentra el 38% de los casos, seguida por el Estado de México (19%), Guadalajara (16%), Monterrey y Mérida (10% cada uno) y Guanajuato (8%).
Recomendaciones para evitar fraudes inmobiliarios
Ante el incremento de estos casos, la AMPI recomendó a la población tomar precauciones, como:
Visitar personalmente el inmueble antes de firmar cualquier documento o realizar un pago
Verificar la identidad del arrendador o vendedor
Consultar a un notario o profesional inmobiliario certificado
También se sugiere evitar ofertas demasiado atractivas, revisar el historial del desarrollo ante Profeco y, en caso de preventas, asegurarse de que el desarrollador cuente con los permisos correspondientes y buena reputación.