A los empresarios les pidió que se serenen y tranquilicen, ya que ya hay otro México. “Hay que notificarles a algunos, hay que informarles que ya es otro México y que yo no voy a ser florero, no estoy de adorno”.
Durante un video publicado en sus cuentas de redes sociales, el próximo presidente de México aseguró que el anuncio de la cancelación del proyecto de Texcoco que hizo el lunes generó ataques, pero “no pudieron generar inestabilidad”. Reconoció que hubo un “deslizamiento del peso”, el cual se va recuperar, pero recalcó que no hubo una devaluación.
“Cuánto escándalo, cuanta bulla, cuánto ruido, por lo de la consulta del aeropuerto; es una campaña orquestada por los que se sienten afectados”, indicó López Obrador.
Sostuvo que el tema va más allá de un negocio legal o legítimo, sino que tiene que ver con negocios que se proyectaron hacia el futuro.
De fondo, dijo, “lo que estaba de por medio es el quedarse con los terrenos del actual aeropuerto, llegué a ver hasta el anteproyecto. Ya tenían pensado hacer una especie de Santa Fe en las 600 hectáreas del actual aeropuerto. Yo entiendo que estén molestos porque ya no van a poder hacer ese negocio”.
Aseguró que dicha información no la había dado a conocer por el desarrollo de la consulta ciudadana, en la que buscó actuar con parcialidad.
Con la decisión de cancelar el proyecto de Texcoco, agregó, “se gana muchísimo porque se evita la corrupción”, lo cual consideró como el objetivo a eliminar.
“No va a haber interés personal o de grupo, por poderoso que sea, que haga negocios al amparo del poder público con el dinero de los mexicanos, se terminó ya la corrupción. Ojalá se vayan adaptando a la nueva realidad”, subrayó.
A los empresarios les pidió que se serenen y tranquilicen, ya que ya hay otro México.
Insistió en que se garantizarán las inversiones y contratos de quienes ya participaban en el proyecto de Texcoco, a quienes se les va a garantizar que sus obras puedan realizarse pero ahora en Santa Lucía.
López Obrador grabó el video sentado junto a una pila de libros en el que sobresale el título ¿Quién manda aquí? La crisis global de la democracia representativa.