Los crímenes de Ariadna Fernanda López, asesinada por sus amigos y tirado su cuerpo en Morelos; el de la maestra de 30 años Mónica Citlalli que desapareció en Ecatepec y fue encontrada sin vida en la México-Cuernavaca.
El de Lidia Gabriela quien saltó de un taxi en movimiento las semanas pasadas cuando pensaba la iban a secuestrar y murió, y el de Yazmin Zárate, cantante asesinada a puñaladas en Oaxaca, entre otros, han ocupado importantes titulares, sobre todo, porque la ola de feminicidios van a la alza en nuestro país y no deben hacerse menos.
Pero los políticos se han montado en estos asuntos y desdeñado otros temas de relevancia nacional.
Porque no es menos la aprobación del presupuesto 2023, pero mucho más importante es la reducción del presupuesto de 4 mil 475 millones de pesos al Instituto Nacional Electoral –INE-, que es una de las artimañas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien pretende reducir, coptar, marginar, desaparecer las actuales funciones del órgano encargado de las elecciones en México y tomar el control de los procesos electorales en el país.
Ese INE que le levantó la mano en 2018 ya no lo quiere AMLO y pretende matarlo de inanición, dejarlo sin recursos para que incumpla con los mandatos que tiene constitucionalmente.
La marcha convocada por la sociedad para el próximo domingo 13 de noviembre y a la que se han ido uniendo más de 60 organizaciones, así como intelectuales, médicos, enfermeras, abogados y en los últimos días los partidos políticos es una piedra en el zapato para López Obrador.
Si, ese hombre que marchó desde su natal Tabasco hasta la Ciudad de México en demanda de democracia cuando dejó su partido el PRI. Sí ese personaje que cuando perdió una elección cerró por meses Reforma en la Ciudad de México originando el quiebre de muchos negocios.
Ese hombre que peleó por modificar la Ley Electoral para que hubiera órganos autónomos electorales y Consejeros Ciudadanos, así como igualdad política y económica para los partidos, hoy pretende quitar todo eso que se logró con el paso de los años y que ha dado certeza jurídica, política y electoral a los mexicanos.
Tan sólo esta semana lleva dedicándole todas las mañaneras y desde el púlpito de Palacio Nacional ataca una y otra vez a quienes promueven, dentro del marco de la ley una marcha nacional pacífica para protestar, algo a lo que tenemos derecho todos los mexicanos.
Ataca al INE y se lanza con todo contra el Consejero Presidente Lorenzo Córdova, quien por cierto en abril dejará el INE junto con otros 4 Consejeros, pero la marcha no es para defender a Lorenzo Córdova, sino a una institución autónoma.
A quienes no están a favor de su iniciativa para maniatar al INE e invitan a la marcha los llama López Obrador “clasistas, hipócritas, corruptos y muy rateros, porque no tienen autoridad morales y son deshonestos”, entre muchos otros calificativos que les ha indilgado.
Cuando le preguntaron al Presidente sobre las marchas de quienes están a su favor respondió: “Son Solovinos”, lo que es un trato despectivo, como si se tratara de mascotas o perros, pero así los trata López Obrador y lo aceptan.
Los siguientes días seguirá la lucha del Presidente, MORENA y sus rémoras, el PT y el Verde, por tratar de destruir al INE, pero lo que no se han dado cuenta es que también busca reducir las prerrogativas a los partidos políticos en un 50 % y sólo entregárselas en tiempos de elecciones.
Las preguntas son:
¿Entonces de que vivirán los partidos?
¿Solo tendrá recursos propios y del estado el partido de López Obrador?
¿Los demás partidos estarán sometidos a lo que les quiera dar el Presidente?
¿O se trata de que el crimen organizado se meta más aún en las elecciones?
Conste que son preguntas.
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