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La frase “¿A un amigo se le dispara en la cabeza para matarlo?” pronunciada por Ciro Gómez Leyva en su noticiero nocturno hace eco en los medios y en la sociedad mexicana. Un comentario que claramente alude a una presunta orden presidencial detrás del atentado que sufrió hace dos años. La insinuación es grave, pero más grave es la fragilidad del periodismo cuando este tipo de afirmaciones, sean veladas o directas, comienzan a moldear la opinión pública.

Publicado en Opinion