El senador de Morena reafirmó su compromiso por coadyuvar a que se difundan los buenos hábitos alimenticios.
El senador de Morena por Puebla Alejandro Armenta señaló que la difusión del libro “La Pandemia de los Edulcorantes” se enmarca en una jornada de concientización y de prevención que requiere del concurso no solo de autoridades federales, estatales y municipales “los padres de familia y la sociedad civil deben saber que más allá de los intereses de empresas multinacionales, que concentran el 80 % de la producción de refresco y de alimentos procesados, está el interés comunitario por la salud con hábitos alimenticios saludables”.
El senador morenista, continúa con su labor informativa sobre los riesgos de consumir excesivamente productos procesados y bebidas azucaradas, que inciden directamente en el desdoblamiento de problemas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Remarcó que en medio de la pandemia por COVID 19, se recrudeció la realidad que viven miles de mexicanos y mexicanos con un sistema inmunológico deteriorado “circunstancia que nos hace reflexionar sobre las acciones a realizar, ponderando la salud sobre los intereses económicos de las transnacionales” y acotó que no es ir en contra de la prohibición de los productos procesados, “solo que los legisladores tenemos un compromiso de coadyuvar a través del impulso de iniciativas que regulen y alerten sobre las consecuencias del exceso en los consumos”.
El senador Armenta refirió que la pandemia por COVID es una lección de vida y por ello, debemos tomar cartas en el asunto sobre la prevención y readecuación de la alimentación, apoyados por la Secretaría de Salud y la de Educación Pública “con campañas dirigida a tales fines, “somos el primer país con obesidad infantil, y eso debe sacudir la conciencia a todos, a gobiernos, a autoridades a todos en general; no me puedo quedar callado e hicimos este libro para levantar la voz y recordarnos que somos una gran nación más grande que los intereses de las empresas extranjeras”.
Informó que el libro ya se encuentra traducido al náhuatl y, adelantó, que se trabaja en una edición especial dirigida a personas con debilidad visual.