A sus 85 años, el Partido Acción Nacional enfrenta la peor tormenta interna que pone en jaque su futuro. En un reciente debate, los aspirantes a la dirigencia nacional, Adriana Dávila y Jorge Romero, exhibieron las fracturas y las distintas visiones que compiten por definir el rumbo del partido.
El PAN abandona a Adán Domínguez, tras su mala administración, desfalco, fraude, abuso de autoridad y desvió de recursos.
Es un insulto que a pesar del mal gobierno que ejercieron Eduardo Rivera y su achichincle Adán Domínguez, tengan el cinismo de decir en público que regresarán.
Las encuestas nacionales prestigiadas que auguraron el triunfo rotundo de la 4T en la elección constitucional del pasado 2 de junio, colocan a Andrés Manuel López Obrador con el 80% de aprobación de los mexicanos y 68% lo considera el mejor presidente de México en su historia moderna. Algo que no se había visto, estando a 2 días de entregar la banda presidencial a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que será titular del Poder Ejecutivo en 200 años de vida republicana, reafirmando que la transformación es real y avanza.
Puebla capital se ha vuelto tierra de nadie, donde cada día aparecen cuerpos desmembrados, torturados o calcinados frente a la policía municipal sin ninguna repercusión legal.
Si el Partido Acción Nacional aspira a mantenerse como una fuerza política relevante y rescatar de las ruinas a su base militante, que es su único pilar de apoyo en estos tiempos, debe actuar con prontitud en dos direcciones fundamentales:
Eduardo Rivera no se va a conformar con poco y es que, tras su derrota como candidato a la gubernatura de Puebla, buscará la dirigencia nacional de su partido Acción Nacional.
No le bastó a la alianza “Fuerza y Corazón por México”, conformada por el PAN, PRI y PRD, la paliza que recibió de Morena y la cuarta transformación. Hoy, exigen voto por voto, casilla por casilla, lo que negaron en 2006 a Andrés Manuel López Obrador, a pesar del exiguo 0.56 por ciento con el que ganó Felipe Calderón Hinojosa.
En Puebla, cohabitan seudo periodistas, empresarios y políticos mercenarios que gustan del dinero fácil.
Eduardo Rivera le deseó éxito al virtual gobernador electo, Alejandro Armenta, al tiempo de señalar que ha sostenido llamadas telefónicas con él.