A decir de su historia, la Bandera Nacional surgió y se transformó a la par de los acontecimientos históricos del país. Con la independencia de España, se hizo necesaria la adopción de símbolos que reflejaran las condiciones políticas y las características sociales y culturales de los mexicanos, para sentar las bases de la nación mexicana.
Los principios que garantizaron este acuerdo fueron “Religión, Independencia, Unión” y se representaron con los tres colores dispuestos en forma diagonal: blanco, verde y rojo. La bandera represento el principio de unidad. Estos colores desde 1821 serán emblemáticos de la nación mexicana. De acuerdo con el historiador Alfredo Ávila Rueda del Instituto de Investigaciones históricas de la UNAM, todos los símbolos expresan algo, un evento una reflexión una frase.
En el caso de los símbolos patrios es importante no olvidar su significado, en el caso de los colores de la bandera indica que el país se fundó como una monarquía católica y se conservó como república católica hasta la época de la Reforma, representada por el blanco.
Se veía como una nación con esperanza en el futuro y en la independencia, conceptos asociados al verde.
Y se contemplaba la unión de diferentes grupos étnicos y de clase, relacionada con el rojo, representando una síntesis de la independencia, con la firma del Plan de Iguala se ofrecieron derechos y garantizaron demandas a los conservadores les concedieron la religión católica como única, a los liberales, elecciones, constitución y división de poderes y una Carta magna propia, a los insurgentes particularmente al encabezado por Vicente Guerrero, el grupo del Sur, se le garantizo igualdad sin distinción de origen ni clase social.
El presidente Porfirio Díaz el 30 de diciembre de 1880 decretó que el águila se representara de frente con las alas desplegadas, al estilo francés de aquella época. Posteriormente durante la Revolución Mexicana, el en ese entonces presidente Venustiano Carranza, el 20 de septiembre de 1916, estableció que el águila se representara de perfil izquierdo, posada sobre un nopal que brota de una roca rodeada de agua y adornada en la parte de abajo con ramas de encino y laurel.
Posteriores decretos presidenciales hicieron de la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional los símbolos patrios oficiales a los que en 1985 fueron agregados coyuntural y simbólicamente la Campana de Dolores y la Constitución de 1917. Y es así que el 24 de febrero de 1984 entró en vigor la nueva Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, en la que se establece:
ARTÍCULO 1o.- El Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, son los Símbolos Patrios de los Estados Unidos Mexicanos. La presente Ley es de orden público y regula sus características y difusión, así como el uso del Escudo y de la Bandera, los honores a esta última y la ejecución del Himno.
ARTÍCULO 10.- El 24 de febrero se establece solemnemente como Día de la Bandera. En este día se deberán transmitir programas especiales de radio y televisión destinados a difundir la historia y significación de la Bandera Nacional. En esta fecha, los poderes de los tres órdenes de gobierno realizarán jornadas cívicas en conmemoración, veneración y exaltación de la Bandera Nacional.