En 1924, la Sociedad de Naciones adoptó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, que marcó un hito en el reconocimiento de los derechos infantiles y destacó la necesidad de proteger y garantizar el bienestar de los niños en todo el mundo.
Fue entonces cuando por una recomendación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1954, declaró que cada país estableciera su propia fecha para la celebración del Día del Niño y la Niña, considerando sus propias tradiciones y necesidades.
Por ello, el Día del Niño y la Niña es una celebración mundial que conmemora los derechos de los niños y las niñas, así como la importancia de su bienestar.
Se trata de una fecha que busca promover el respeto hacia la infancia y reconocer su papel fundamental en la sociedad.
A pesar de todo, no en todo el mundo se celebra el mismo día, por ejemplo; en México se celebra el 30 de abril, en conmemoración de las acciones del gobierno durante los años 1920 para promover y garantizar los derechos de la infancia.
En cambio, en Argentina se celebra el tercer domingo de agosto, para adaptarlo al calendario de las vacaciones de invierno escolares.
Hay que recordar que, el Día del Niño es importante porque promueve la protección de los derechos de la infancia, como el acceso a la educación, la salud y una vida digna.
Además, genera conciencia sobre los desafíos que enfrentan los niños en contextos de pobreza, exclusión o violencia, e incentiva acciones para garantizar su bienestar integral.
También el 20 de noviembre es el Día Universal del Niño y se conmemora la Declaración y la Convención sobre los Derechos del Niño.
Muchas celebraciones incluyen eventos culturales, juegos y regalos para resaltar la alegría y el derecho de los niños al esparcimiento.