Aguilar fue considerada una pieza clave en el equipo de Héctor Durán Díaz, exdirector de la concesionaria, y su salida marca un quiebre institucional con un periodo cuestionado por falta de transparencia, poca sensibilidad social y descontento acumulado en los usuarios.
La decisión llega en un momento clave: la nueva administración, que tomó las riendas a finales de 2024, ha dejado claro que el cambio no será cosmético, sino estructural. Agua de Puebla ha puesto en marcha una estrategia de cinco ejes que incluye inversión por más de 2 mil millones de pesos, el rescate de la infraestructura hídrica, el programa social “Regularízate” con 66 mil beneficiarios, la modernización de plantas tratadoras, y el apoyo técnico a municipios conurbados.
La reestructura va más allá del organigrama: es una redefinición del modelo de atención al usuario, del concepto de derecho al agua y del papel social que debe asumir la empresa en los próximos años. Y todo indica que no será la última salida relevante en los próximos meses.