La gastronomía poblana es vasta, sabrosa, pero sobre todo variada, entre ellas tenemos una joya que ha trascendido no solo en México sino en otras partes del mundo y es la cemita poblana.
Las enchiladas de pipián son de los platillos de Puebla más populares, pues se crearon en honor a San Sebastián Mártir santo de los moribundos y contra enfermedades.
En promedio ellas gastan 27 mil pesos anuales más que los hombres por comprar los mismos productos, de acuerdo con el sitio Ax the pink tax
El robo de autopartes ocurrido en el estacionamiento Omega junto a Ciudad Judicial indigna y abre la posibilidad a los nuevos alcaldes de la zona metropolitana y a los diputados locales a regular esa situación.
Según cuentan algunos abuelos, allá por 1768 el Paseo Bravo era un campo de práctica militar; entre 1812 y 1833 se convirtió en el cementerio de cientos de cadáveres de poblanos que murieron a causa de la viruela y el cólera.
Los estrategas digitales, son el éxito de las campañas políticas sentencia el director de politólogos digitales de Perú, Héctor Venegas.
La Leyenda de la Casa del Perro en Puebla está basada a principios del siglo XVIII, cuando llegó a vivir a la ciudad de Puebla el Sr. Juan de Illescas con su familia, una bella esposa y una hermosa hija.
Hasta 2018, la población en México en situación de pobreza era de 51.9 millones, pero de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que, entre 2018 y 2020, hubo un incremento llegando a 55.7 millones de personas, es decir, un aumento de 41.9% a 43.9%.
Sobre la Laguna de Aljojuca hay varias leyendas, la más conocida es la de una niña pastora que llevaba a sus borregos a pastar cerca de una barranca. En una ocasión, uno de los borregos se perdió; la pastorcita lo buscó pero no tuvo éxito.
Se dice que las monjas y las mujeres que habitaron este espacio religioso sufrían de abusos, violaciones, confinamientos y castigos inhumanos a modo de infligir sufrimiento relacionado con el amor a Dios o simplemente por no seguir las normas religiosas.