Unos dicen que es originario de Oaxaca, específicamente de Huajapan, donde los chivos, salvajes y de poca carne, eran de buen sabor para los habitantes. El platillo llamado en esa localidad como “Mole de brazuelos” tuvo tal popularidad que se difundió en varias partes de Puebla, como en Tehuacán. En Puebla, la carne de chivo era consumida desde la época novohispana.

Sin embargo, Existen documentos que confirman que alrededor de 1800, el mole de caderas —que probablemente fue inspiración del mole de espinazo— se transformó en el platillo tradicional de la temporada de matanza. Sin embargo, hay que recordar que Puebla, durante el Virreinato, fue un estado muy importante pues tenía acceso a dos costas. El estado cubría parte del actual Veracruz y Guerrero, por lo que su verdadero origen es la región mixteca (Oaxaca, Puebla y Guerrero).

De acuerdo con la tradición, la cabra blanca criolla se debe pastorear libremente y alimentarse de manera natural con la maleza del campo y se les da un poco de sal.

Este proceso se conoce como trashumancia, por lo que el ganado caprino debe ser preparado para que en la temporada de la matanza tengan un año y medio de crianza.

En el estado de Puebla, San Gabriel Chilac se ha distinguido por ser la población donde proceden los matanceros, personas con experiencia en el sacrificio de ganado caprino, así como los cortes que se obtienen de este animal para preparar distintos platillos en esta temporada como el tesmole o el guasmole.

Este año el 20 de octubre se lleva a cabo el festival de la matanza en la que se realizan bailes y danzas para sacrificar a un cabrito. Previo a la matanza, los matanceros ofrecen una ceremonia en un altar para pedir que la matanza sea buena.

El huexmole de caderas se prepara con una variedad de chiles como el costeño, guajillo, ancho, serrano entre otros; se le añade hojas de aguacate, tomate y jitomate, además de ejotes de agua, lo que le da un sabor característico.