Con las naturales y ejemplares excepciones, las escuelas particulares o privadas de nivel superior, buscan a toda costa obtener las mayores ganancias, primero con las cuotas de los alumnos, luego con la explotación de los profesores de manera inmisericorde, con pésimos salarios y con muy escasas prestaciones, como por ejemplo en la Escuela de Comunicación y Ciencias Humanas (ECCH) que aparte de llevar a cabo todo lo anterior, también se roban las ideas y proyectos de sus ex alumnos prometiéndoles un pago por ello y después ignorando las llamadas o escondiéndose bajo el pretexto de tener una agenda muy saturada.

Lo que es lamentable, es que tras la muerte del fundador Agustín Ugarte Bazán, esta institución que solo se dedicaba a especializarse en hacer a verdaderos comunicadores, ahora sufre una ruptura de lo que presume ser, una escuela de "comunicación ".

¿Los culpables? Nada más ni nada menos que la directiva que lleva al frente la institución, un director Guillermo (N),que al ver que no podían manejar una escuela especializada en comunicación, optó por incorporar nuevas licenciaturas como Derecho, no porque quieran hacer más grande la escuela, sino porque su matricula en comunicación bajó un 70 por ciento, y como maestro en Derecho, es la única rama que puede trabajar para no hacer que quiebre la ex ECCH.

La ahora dueña Oliva (N), a pesar de tener licenciatura en comunicación, no sabe sobre la función y requerimientos básicos para mantener la imagen de una escuela como lo obtuvo un gran comunicador de Puebla. ¿El por qué? Sencillo, desde la muerte la Ugarte Bazán empezó a despedir a varios de ellos porque no se llevaban con ellos, poniendo de pretexto que habían abusado de la confianza de su ex esposo cuando estaba en vida.

Otros mejor decidieron partir para evitar un conflicto mayor como la ex directora Alejandra (N), a quien acusó de que la golpeó por no obedecer una indicación de la ahora dueña y amenazó con demandarla de robo entre otras cosas si hablaba lo que había pasado.
Pues se sienten intocables por el director que como les comenté es maestro en derecho.

Ahora, aparte de intimidar a ex docentes, también han abusado de la buena voluntad de los ex alumnos, que trataron de apoyar a la escuela por el respeto y la amistad que hubo con una gran persona, prometiéndoles trabajo o pago de sus proyectos, que al ser entregados estos proyectos los empiezan a ejecutar y los creadores de este trabajo los hacen aún lado y ni siquiera una remuneración económica les brindan, sabiendo que el proyecto no es de ellos, pues no tienen la capacidad de ejecutar trabajos a beneficio de una institución que después de haber sido la mejor escuela en Comunicación, ahora es la peor escuela en su ramo, tan malo que buscaron otras licenciaturas para tapar el pésimo trabajo que han hecho en los últimos años.

Pero eso no es todo. Aún hay más que estaremos publicando en la próxima columna, ¿qué si es la mejor escuela? Lo era cuando había verdaderos maestros especializados, cuando había un verdadero liderazgo y humanismo con con alumnos y cuando en verdad era un orgullo ser ECCH.