Y es que el gobierno interino hizo el problema imprevisible, pues parece que tienen únicamente la capacidad de sorpresa, contra todo pronóstico, contra toda evidencia, el chiquito pega a veces tremendo baile al grandote invencible.

Sin ser gobernantes sabemos que en todas las ciudades del mundo existe la oferta de transportarse en unidades que dan ese servicio al público, como sustituto del vehículo particular, ya que la mayoría de los casos, se debe a la incapacidad económica de poseer un vehículo propio.

El transporte es un elemento constitutivo de la vida urbana que pretende mejorar la calidad de vida y economía de la población. Pero su deterioro, excesivas unidades circulando y consumo de energéticos, constituye una causa de degradación que debe pagar toda la población.

Desde que sabemos el transporte público siempre ha demandado un aumento de pasaje sin que ellos ofrezcan un mejor servicio a los poblanos, a pesar de que en las negociaciones se establece un aumento siempre y cuando mejoren sus unidades, pero ¿algún poblano ha visto esos cambios? Si las ofertas del aumento entre transportistas y gobierno fueran tan sinceras como las promesas de los líderes de transporte público, el costo del pasaje seguiría en 1.50 pesos.

Si entre todo lo miserable que hizo los gobiernos morenovallistas en el estado de Puebla, lo único que podemos reconocer es que aplacaron a los transportistas durante ocho años con este aumento, pues exigían cambiaran y mejoraran sus unidades.

¿Acaso no tiene capacidad de decisión el gobierno interino?

¿Debe un político con experiencia enseñarles cómo se trabaja un gobierno?

Sin lugar a duda, Barbosa ha sido un gran político en cuanto al tema de la negociación, pero creo hubiera resultado igual poner a cualquier mamífero o nada en el gobierno interino y esperar entonces a que llegara Barbosa a arreglar todos los problemas que tiene el estado.