Y parte de esta culpa es por parte de las grandes televisoras y el cine, en donde te hacen ver que los pobres son pobres no por la historia, sino por culpa de su biología que desafortunadamente se mezclan con la genética del crimen, esto a hecho que al ver a una persona de piel caramelizada, el peligro se encienda como foco rojo de quien pasa junto a ella o sea visto como presunto culpable.
Tal y como pasó en el Estado de México donde circula a través de las redes sociales, un acto atroz por parte de la policía, quienes, al querer sumar puntos al combate a la delincuencia, entraron injustificadamente a una barbería y tiraron una bolsa de presuntos estupefacientes, para inculpar a las personas del lugar y llevárselos detenidos.
Curiosamente, los que detuvieron a estas personas son precisamente de piel caramelizada, ¡irónico! para ser realistas del contexto del que estamos hablando.
Ahora bien, no es lo único que hemos visto en nuestras hermosas tierras mexicanas, donde nuestro enemigo somos nosotros mismos.
Un hombre es sentenciado al golpear a una mujer como tentativa de feminicidio, que si bien merecido lo tiene, lo que no comprendo es por qué a una mujer que apuñaló a otra mujer, vaya a ser sentenciada por agresiones y no por el mismo delito de feminicidio, digo; entre ambos casos ya conocidos, la única diferencia entre Marianne "N" youtuber también como el Fofo Márquez, es que ella tomó un cuchillo para apuñalar a una mujer, en que sistema vivimos donde un arma blanca es menos dolorosa que las manos de un hombre.
Para rematar, aparece #LadyUber que, si no fuera porque fue grabada por la cámara del vehículo del conductor, el hombre estaría preso por acoso e intento de violación, a pesar de que no pasó a mayores, queda la pregunta abierta ¿qué hubiera pasado si no hubiese sido grabada?
Son tiempos de cambios e igualdad en todos los géneros, el miedo es el mayor enemigo de la justicia social, del código moral y del fin del milenio que no condena la injusticia, sino el fracaso.