De acuerdo con testimonios de los locatarios, las mujeres ya habían sido identificadas en días anteriores como presuntas responsables de diversos robos dentro del tianguis, y al ser sorprendidas nuevamente, los afectados decidieron actuar.
Los comerciantes, cansados de los constantes robos y ante la falta de respuesta de las autoridades, optaron por hacer justicia por su propia mano.
Como forma de escarmiento, las mujeres fueron sometidas, rapadas y despojadas parcialmente de su ropa antes de ser dejadas en libertad.