En esta temporada, no hay una mejor manera de ambientar estas noches sin una buena historia o leyenda, por lo que si no sabes aquí te daremos a conocer alguna de ellas.
Personajes como la Llorona y el Charro Negro, son algunos de los más conocidos protagonistas de las leyendas mexicanas, sin embargo, en el campo también se cuentan leyendas en torno al Día de Muertos, una de las más populares es la de “El hombre que no respetó el Día de Muertos”.
Esta leyenda narra la historia de un campesino, que dedicaba todo su esfuerzo y labor a sus tierras, día a día. Su esmero era tal, que aún en la víspera del día de muertos decidió ir al campo a trabajar, pues consideraba que la tradición de la ofrenda no era de gran importancia. Tampoco quería gastar dinero en colocar un altar, porque lo consideraba una pérdida de tiempo.
Todos en el pueblo se sorprendieron con su actitud, pues se sabe que en México ésta es una de las fiestas más importantes y se le guarda mucho respeto, aun así, nadie le reprochó al respecto.
Habían pasado ya algunas horas de trabajo, cuando sólo en su milpa comenzó a escuchar voces que le decían: “Hijo tengo hambre” “Hijo quiero comer unos tamales” “Hijo por favor ven con nosotros”.
Al principio pensó que era su imaginación, pues sabía que era imposible que alguien estuviera en su parcela, ya que estaba muy alejada del pueblo. Pero su asombro se convirtió en miedo cuando comenzó a escuchar nítidamente las voces de más personas platicando entre sí. Estas voces le resultaban particularmente conocidas, y pronto se dio cuenta que eran las voces de sus familiares fallecidos que clamaban por comida.
De inmediato se dirigió a su casa y le dijo a su esposa que matara un guajolote y que hiciera unos tamales y colocara un altar en su casa. La esposa en seguida comenzó con la labor, mientras él decidió tomar un descanso en una hamaca.
La esposa del campesino se afanó en la ofrenda, no solo hizo los tamales sino también otros platillos deliciosos típicos de la región, acomodó el altar y comenzó a elevar oraciones para los difuntos. Al ver que había pasado un largo rato y su esposo no despertaba decidió ir a llamarlo para que participara de la celebración, sin embargo no logró despertarlo, había muerto.
Todos en el pueblo sabían que su muerte fue consecuencia de su descuido por no respetar la tradición del Día de muertos, y aunque al final los familiares obtuvieron su ofrenda, decidieron convertir en finado a aquel que no tuvo intención de ofrecer algo a los difuntos aun sabiendo de su llegada.
Esta leyenda refleja la importancia que tiene esta fecha para todos los mexicanos, y aún más para los agricultores, pues ellos dedican su debido tiempo para celebrar estas fechas, para evitar destinos fatales como el del pobre sujeto que por no respetar la sagrada tradición terminó en la tumba.